Enriquece a quienes la reciben,
sin empobrecer a quienes la dan.
Ocurre en un abrir y cerrar de ojos,
y su recuerdo dura a veces para siempre.
Nadie es tan rico que pueda vivir sin ella
y nadie tan pobre que no tenga para darla
y enriquecer con sus beneficios
Crea “la felicidad” en el hogar, alienta la
buena voluntad en los negocios y es la co-
traseña de los amigos.
Es descanso para los fatigados, luz para
los decepcionados, sol para los tristes
y el mejor antídoto contra las preocupaciones.
Pero no puede ser comprada, prestada o
robada, porque es algo que no ofrece beneficio
a nadie, a menos que sea brindada espontánea
y gratuitamente.
Porque nadie necesita tanto una “sonrisa” como
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