son ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que son,
huyen del peligro, están ávidos de ganancia;
y mientras les haces favores son todos tuyos, te ofrecen la sangre, los bienes, la vida y los hijos cuando la necesidad está lejos;
pero cuando ésta se te viene encima vuelven la cara.
Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.
La naturaleza de los hombres es contraer obligaciones entre sí tanto por los favores que se hacen como por los que se reciben.
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