domingo, 1 de septiembre de 2013

❣(❁_❁)❣➳♥ PAQUETE GALLETAS...... MORALEJA ❣(❁_❁)❣➳♥



En el andén... 
Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación, le informaron de que el tres en el que ella viajaría, se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua, para pasar el rato. Buscó un banco en el andén cenrtral y se sentó preparada para la espera.
Mientras hojeaba* su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.
La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; asi que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.
Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sorisas continuó entre galleta y galleta.
La señora, cada vez más irritada, y el muchacho cada vez mas sonriente. Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete sólo quedaba la última galleta.
"No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas. Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco.
¡Gracias!, dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad. 
¡De nada!, contestó el joven sonriendo suavemente, mientras comia su mitad.
Entonces, el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento, vió al muchacho todavía sentado en el andén y pensó:
¡Que insolente, que mal educado, que vergüenza de tipejo!
Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su bolso, su paquete de galletas intacto.

DICE UN VIEJO PROVERBIO:
Peleando, juzgando antes de tiempo y alterándose no se consigue jamás lo suficiente, pero siendo justo, cediendo y observando a los demás con una simple cuota de serenidad, se consigue más de lo que se espera.......

*hojear: pasar con rapidez, las hojas de un libro o revista






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